Muy buenas Enferebros, ¿Qué tal estamos? En el vídeo de hoy vamos a ver una nueva teoría acerca de la resistencia a la insulina. Siempre hemos creído que en la obesidad y más en concreto en la diabetes tipo II, las células del organismo se vuelven resistentes a la acción de la insulina y por tanto la glucosa se acumula en la sangre. Hemos oído muchas veces la teoría de la cerradura y la llave, de tal manera que la insulina sería la llave que abriría las puertas celulares para que la glucosa pudiese pasar a ellas. Cuando se produce la resistencia a la insulina, según este paradigma lo que sucedería es que las llaves o las cerraduras no funcionan correctamente por tanto no abren esas puertas. Esto generaría que la glucosa no puede pasar al interior celular y se produciría una desnutrición interna.
Pero… ¿nunca te has preguntado que quizá la insulina funcione correctamente, pero la glucosa no puede pasar al interior celular porque está completamente llena? Esto se conoce como fenómeno de desbordamiento y lo he extraído del libro el código de la diabetes del Doctor Jason Fung.
Para entender este fenómeno quiero que os imaginéis un autobús que está en la estación esperando a que se suban los pasajeros. El conductor presiona el botón que abre la puerta, y las personas comienzan a subirse. Hasta aquí todo normal, pero de repente cuando el autobús está lleno un montón de gente comienza a llegar a la parada con intención de subirse. El conductor al ver la situación pide a las personas que se organicen y también abre las puertas traseras para que puedan subirse. Cuando parece que ya casi todo el mundo esta dentro, llega una nueva oleada de gente queriendo subirse al autobús, pero el autobús está repleto de gente y todas las puertas posibles están abiertas por mucho que el conductor presiona el botón para abrir más puertas. Algunos a base de empujones consiguen subirse, otros debido a los empujones se caen del autobús, momento que aprovechan otras personas para subirse. Continúa llegando gente, pero ya no caben en el autobús ni si quiera empujando, y empiezan acumularse en la estación. Ante esto el conductor del autobús trata de llevar a todas las personas a otras paradas, para intentar desahogar el bus, y que la gente que está esperando pueda subirse e ir a su destino. Para su sorpresa en la siguiente parada a pesar de que se baja mucha gente, hay muchísima gente esperando, por lo que de nuevo llena a tope el autobús, dejando a gente esperando en la parada para viajar y así en cada parada.
Pues ahora imagina que el autobús es la célula, el conductor que abre la puerta es la insulina, los pasajeros la glucosa, la estación los vasos sanguíneos y las paradas diferentes acciones como el metabolismo de la glucosa para producir energía, almacenamiento en forma de glucógeno o almacenamiento en forma de grasa. Pues bien, la célula ante la llegada de la glucosa por la acción de la insulina introduciría la glucosa al interior de la célula bien sea para utilizarla o almacenarla. Debido a que llega más glucosa se necesita más insulina de la normal para que esta pueda pasar al interior celular, esto lo conocemos como hiperinsulinemia. Ya tenemos una célula que está hasta los topes, una insulina intentando meterle más y más glucosa, y una glucosa que no para de llegar esperando para entra. En este escenario la célula ya no es capaz de aguantar el ritmo al que llega la glucosa y utilizarla para producir energía o almacenarla de tal manera se comienza a acumular en la sangre produciendo la hiperglucemia. Por otro lado, por mucho que se eleve la insulina como ya ha abierto todas las puertas posibles de la célula comienza a dar la percepción de que no hace efecto por más que se eleve.
Otro detalle que hay que tener en cuenta para que la glucosa se almacene como grasa es que necesitamos que entre en la célula. Si la glucosa no entra en la célula, no se va a poder transformar en grasa. Por eso necesitamos que la insulina permita la entrada de la glucosa en la célula correctamente y aquí es donde la teoría clásica flaquea un poco. En la teoría clásica de la desnutrición interna, habría una mayor dificultad para que la glucosa entrase en la célula y por tanto que se convirtiera en grasa. De esta manera, se podría pensar que las personas con diabetes tipo II no tendrían facilidad para almacenar grasa y sin embargo es todo lo contrario. Normalmente la diabetes tipo II esta relacionada con la obesidad.
Así que nada este es el paradigma de desbordamiento que os tenía preparado para hoy. La verdad es que me resultó muy interesante. Me gustaría que me contarais vuestras opiniones en los comentarios.