Probióticos en infecciones urinarias: Preguntas y respuestas según la evidencia actual

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¿Son eficaces los probióticos para prevenir las infecciones urinarias recurrentes en mujeres (premenopáusicas y posmenopáusicas)?

La evidencia sobre probióticos en la prevención de infecciones del tracto urinario (ITU) en mujeres es mixta. Una revisión Cochrane de 2015 (que incluyó 9 estudios con 735 participantes) no encontró reducción significativa de ITU recurrentes con probióticos comparado con placebo Estos ensayos eran pequeños y de calidad metodológica limitada, por lo que no permitieron concluir beneficios claros. Sin embargo, análisis posteriores sugieren un posible efecto beneficioso. Por ejemplo, un meta-análisis de 2018 enfocado en mujeres con ITU recurrentes halló que los probióticos con lactobacilos (vía oral o vaginal) redujeron aproximadamente un 30% el riesgo de recurrencia (RR ~0,68). En especial, el uso de supositorios vaginales con Lactobacillus (p.ej., L. crispatus o combinaciones L. rhamnosus GR-1 + L. reuteri RC-14) pareció ser el más efectivo para restablecer la microbiota urogenital y prevenir reinfecciones.

En mujeres posmenopáusicas, los probióticos se han estudiado como alternativa a la profilaxis antibiótica continua. Un ensayo clínico notable comparó durante 12 meses el uso diario de probióticos orales (L. rhamnosus GR-1 + L. reuteri RC-14) frente a trimetoprim-sulfametoxazol (antibiótico) en 252 mujeres posmenopáusicas con ITU recurrente. Los resultados mostraron una reducción similar en la media de ITUs por año en ambos grupos (~de 7 a 3 episodios/año), aunque el antibiótico fue ligeramente más eficaz (3,3 vs 2,9 ITUs anuales, diferencia de 0,4). No se logró demostrar que el probiótico fuera “no inferior” al antibiótico, lo que indica que el antibiótico previno algo más de infecciones. No obstante, un hallazgo importante fue que el grupo de antibiótico desarrolló altas tasas de resistencia bacteriana (E. coli resistente a esos antibióticos pasó de ~20% a >80%), mientras que el grupo con probióticos no presentó ese problema. En otras palabras, los probióticos fueron más seguros en términos de evitar resistencias, aunque algo menos efectivos que la profilaxis antibiótica clásica.

En la práctica, las guías actuales consideran que la evidencia es insuficiente o inconclusa para recomendar firmemente probióticos en prevención de ITU. Dada la variabilidad entre estudios (diferentes cepas, dosis y vías de administración), no hay un consenso definitivo. Aun así, los probióticos (especialmente las cepas de lactobacilos administradas vaginal u oralmente) se proponen como una opción a considerar en mujeres con cistitis recurrente que deseen evitar antibióticos a largo plazo, asumiendo que el beneficio potencial es modesto pero con mínimos efectos adversos. En mujeres posmenopáusicas, además de probióticos, es importante tratar factores predisponentes (por ejemplo, el uso de estrógenos vaginales está recomendado para mejorar la flora y reducir recurrencias). En resumen: los probióticos pueden reducir ligeramente las recurrencias de ITU en mujeres, aunque la evidencia no es sólida y su efecto es menor que el de los antibióticos profilácticos.Su principal ventaja radica en la seguridad (no inducen resistencias ni efectos secundarios significativos reportados).

¿Son útiles los probióticos para prevenir infecciones urinarias en hombres?

En los hombres, las ITU recurrentes son menos comunes y suelen asociarse a factores complicados (como obstrucción prostática, sondajes o anomalías urológicas). No existe evidencia de alta calidad sobre probióticos en este grupo, ya que la mayoría de estudios se han centrado en mujeres o niños. Una revisión de guías no identificó ensayos controlados en varones, por lo que no hay recomendación específica a favor o en contra del uso de probióticos en la prevención de ITU masculinas . En la práctica, ante un hombre con ITUs recurrentes, se investiga y maneja la causa subyacente (p. ej., problemas prostáticos) más que recurrir a probióticos. Así pues, no disponemos de datos científicos que demuestren que los probióticos prevengan infecciones urinarias en hombres, y su uso en esta población sería experimental en el contexto actual.

¿Se recomiendan probióticos en niños con infecciones urinarias de repetición?

Las ITU también afectan a población pediátrica, especialmente a niños con malformaciones o reflujo vesicoureteral. En niños, la evidencia es emergente pero aún limitada. Una revisión sistemática y meta-análisis de 2022 que incluyó 11 estudios en niños sugirió que los probióticos podrían ofrecer una ligera reducción en el riesgo de ITU recurrente. En ese análisis, los niños que tomaban probióticos presentaron algo menos de infecciones que aquellos sin probiótico (odds ratio ~0,94; p = 0,046), aunque el efecto fue pequeño y al borde de la significación estadística. Los autores concluyen que los probióticos “podrían ser una terapia alternativa” en niños con riesgo de ITU, dada su seguridad, pero reconocen que la evidencia no es irrefutable y se requieren ensayos pediátricos a mayor escala.

Un meta-análisis más reciente (2024) que evaluó múltiples estrategias profilácticas destacó que los probióticos parecen especialmente prometedores en población infantil. En un análisis por subgrupos, los probióticos fueron la intervención no antibiótica más efectiva en menores de 18 años, logrando aproximadamente un 50% de reducción del riesgo de ITU comparado con placebo (RR ~0,50). Esto sugiere que los niños podrían beneficiarse proporcionalmente más que los adultos del equilibrio de la microbiota proporcionado por probióticos. A pesar de estos datos alentadores, es importante señalar que la mayoría de estudios pediátricos han sido pequeños; por tanto, todavía no es una recomendación estándar dar probióticos a todos los niños con ITU recurrentes. No obstante, en casos seleccionados (niños con recurrencias frecuentes donde se quiere evitar antibióticos continuos), algunos pediatras pueden probar probióticos como medida adicional, siempre acompañados de un seguimiento adecuado. En resumen, en niños hay indicios de beneficio de los probióticos para prevenir ITUs, pero se necesita más investigación antes de su adopción rutinaria.

¿Sirven los probióticos para pacientes con sondaje vesical o con vejiga neurógena que sufren ITU frecuentes?

Los pacientes con sonda urinaria permanente (p. ej., sondaje vesical prolongado) o con vejiga neurógena (como ocurre en lesiones medulares) presentan un riesgo muy alto de ITUs recurrentes. Se han explorado estrategias probióticas especiales en este contexto, pero los resultados han sido poco concluyentes. En personas con vejiga neurógena, algunos estudios han probado instilar directamente en la vejiga cepas no patógenas de Escherichia coli (bacterioterapia por interferencia bacteriana) para evitar la colonización por gérmenes agresivos. Una revisión Cochrane de 2017 que analizó 3 ensayos con 110 pacientes (casi todos con lesión medular) encontró que la instilación intravesical de E. coli no patogénica podría reducir la frecuencia de ITU, pero la certeza de la evidencia es muy baja y el resultado no fue estadísticamente significativo (RR 0,32; IC95% 0,08–1,19). Además, este abordaje es engorroso (requiere instilaciones periódicas) y tuvo alta tasa de abandonos en los ensayos, por lo que no se ha incorporado a la práctica general. En cuanto a probióticos orales tradicionales en pacientes sondados, no hay evidencia de beneficio. Un amplio ensayo controlado en Australia (ProSCIUTTU, publicado en 2019) evaluó dos formulaciones orales de lactobacilos (L. reuteri RC-14 + L. rhamnosus GR-1, y L. rhamnosus GG + Bifidobacterium BB-12) en 207 pacientes con lesión medular y vejiga neurogénica. Los resultados fueron negativos: no hubo diferencia en el tiempo hasta la primera ITU ni en la tasa de infección entre los grupos con probiótico y el grupo placebo Ninguno de los dos probióticos probados redujo significativamente las infecciones urinarias en comparación con no tomarlos.

En resumen, en pacientes con sondajes crónicos o vejiga neurógena, los probióticos no han demostrado eficacia preventiva hasta ahora. Las intervenciones estudiadas (como colonizar la vejiga con bacterias benignas) son todavía experimentales y de efectividad incierta . Por el momento, la prevención de ITU en estos pacientes se enfoca en medidas tradicionales: mantener técnicas asépticas de sondaje, cambios periódicos de sonda, buena hidratación, y en algunos casos uso selectivo de antibióticos profilácticos o antisépticos urinarios según indicación médica. Los probióticos podrían considerarse en investigación, pero no forman parte del estándar de cuidado para sondajes crónicos dado el falta de evidencia sólida.

¿Qué papel tienen los probióticos durante un episodio agudo de infección urinaria?

En una infección urinaria aguda ya establecida, el pilar del tratamiento son los antibióticos apropiados; los probióticos por sí solos no curan una ITU aguda ni están recomendados como sustitutos del tratamiento antimicrobiano . Dicho esto, se ha planteado si los probióticos podrían ser útiles como complemento durante la terapia aguda (por ejemplo, para restaurar la flora normal más rápidamente o prevenir complicaciones). La evidencia en este aspecto es muy limitada. Algunos estudios han analizado añadir probióticos al tratamiento estándar y han observado resultados variables. Un meta-análisis de 2024 que abarcó varias infecciones encontró indicios de que la suplementación con probióticos podría aumentar la tasa de curación de las ITU bajo tratamiento antibiótico . En concreto, este análisis sugirió que los pacientes con ITU que recibieron probióticos junto con el tratamiento convencional presentaron aproximadamente un 38% más de probabilidades de lograr la “cura” de la infección (según criterios microbiológicos) en comparación con los que no recibieron probióticos. Sin embargo, este hallazgo debe tomarse con precaución: la definición de “cura” en esos estudios no fue el típico cultivo negativo únicamente, sino parámetros de flora (índice de Nugent vaginal) que dificultan su interpretación clínica directa. Además, los datos eran heterogéneos y de calidad moderada. La conclusión de los autores fue que hay un beneficio potencial modesto al usar probióticos como terapia adyuvante, pero reconocen que se necesitan más estudios para confirmar cualquier ventaja en la resolución de la ITU aguda.

En la práctica clínica diaria, el uso de probióticos durante la fase aguda podría contemplarse más que nada para reducir efectos secundarios asociados a los antibióticos (por ejemplo, prevenir la diarrea o la candidiasis vaginal post-antibiótico) y para favorecer la recuperación de la microbiota normal tras eliminar la infección. No hay evidencia de que acorten significativamente la duración de los síntomas ni la bacteriuria en el episodio agudo. Por tanto, la prioridad en una cistitis o pielonefritis aguda debe ser el tratamiento antibiótico adecuado, y cualquier probiótico se consideraría opcional, como apoyo a la salud intestinal o vaginal, pero no como parte del tratamiento curativo de la infección urinaria.

¿Existe evidencia sobre productos combinados que incluyan probióticos junto con D-manosa y arándano rojo para las ITU (por ejemplo, Urosense Intense)?

Existen en el mercado suplementos combinados que buscan una aproximación multifactorial a la prevención de ITU. Un ejemplo es Urosense Intense, que combina probióticos con D­manosa (un azúcar simple) y extracto de arándano rojo. Actualmente, no se han publicado ensayos clínicos específicos sobre ese producto comercial en particular, pero sí disponemos de evidencia sobre los componentes por separado y algunas combinaciones similares:

  • D-manosa: Es un azúcar que impide la adherencia de E. coli al urotelio. Varios estudios han mostrado que la D-manosa puede reducir de forma significativa las ITU recurrentes en mujeres. De hecho, un análisis global reciente encontró que la D-manosa es una de las medidas no antibióticas más efectivas, asociada a una disminución de ~66% en el riesgo de nuevas ITU (RR ~0,34 frente a placebo) . Estos datos posicionan a la D-manosa como una alternativa prometedora a los antibióticos profilácticos, con eficacia comparable en algunos estudios a nitrofurantoína o TMP-SMX en prevenir recurrencias, y con un buen perfil de seguridad.
  • Arándano rojo (cranberry): El arándano rojo americano contiene proantocianidinas que dificultan la adhesión bacteriana. La evidencia acumulada indica un beneficio modesto de los productos de arándano en la prevención de ITU, sobre todo en mujeres jóvenes. La revisión Cochrane más reciente (2023) confirmó que el arándano reduce la incidencia de cistitis recurrente en comparación con placebo. En cifras, podría disminuir alrededor de un 25-30% el riesgo (RR ~0,72 en meta-análisis). No es infalible, pero se considera una medida complementaria útil y está recomendada por algunas guías como opción para mujeres con recurrencias frecuentes, dado su bajo riesgo.
  • Probióticos: Como hemos detallado, contribuyen a restaurar la flora vaginal e inhibir patógenos, con un posible efecto preventivo (quizá reduciendo alrededor de 20-30% las recurrencias, según distintos estudios). Por sí solos no garantizan ausencia de infecciones, pero aportan beneficios a largo plazo sin efectos adversos importantes.
  • Combinaciones múltiples: La idea de combinar estos agentes es que actúen de manera sinérgica en diferentes frentes (flora vaginal/intestino con probióticos, adhesión bacteriana con D-manosa y arándano, etc.). Un meta-análisis en red (2025) identificó un régimen de “terapia triple” consistente en arándano + probiótico + vitamina A, el cual mostró una notable reducción de ITU (RR ~0,27 vs placebo). Este resultado sugiere que las combinaciones podrían potenciar la eficacia preventiva. No obstante, dicha “terapia triple” provenía de datos limitados (posiblemente un único estudio piloto), por lo que debemos interpretarlo con precaución debido al amplio intervalo de confianza. En cuanto a la combinación probiótico + D-manosa + arándano, no encontramos estudios publicados que la evalúen directamente. Es razonable pensar que sumar estrategias podría ofrecer una protección acumulativa ligeramente mayor que cada una por separado, pero sin investigación clínica dedicada no podemos cuantificarlo ni asegurar su ventaja.

En conclusión, los componentes de suplementos como Urosense Intense tienen respaldo individual: la D-manosa y el arándano han demostrado eficacia preventiva, y los probióticos aportan beneficios en la microbiota urogenital. Combinar estos elementos en un solo producto es una aproximación lógica, y reportes anecdóticos o experiencias clínicas pueden ser positivos, pero carecemos de ensayos clínicos específicos que confirmen científicamente el grado de efectividad de la combinación. Por lo tanto, se pueden utilizar estos productos combinados como medida complementaria, sabiendo que son seguros, pero se debe informar al paciente que la evidencia directa es limitada. Siempre que se opte por ellos, hay que continuar con las medidas de primera línea (hidratación, higiene, eventualmente profilaxis antibiótica en casos necesarios, etc.) y evaluar caso por caso su resultado.

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¿Cómo citar este artículo?

Enfermería Evidente. (2025). Probióticos en infecciones urinarias: Preguntas y respuestas según la evidencia actual. Disponible en: https://enfermeriaevidente.com/probioticos-en-infecciones-urinarias-preguntas-y-respuestas-segun-la-evidencia-actual/

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