¿Cómo colocar correctamente los electrodos de los miembros en un ECG?

Tabla de contenidos

Entendiendo la importancia de la simetría en la colocación de electrodos

Antes de abordar el procedimiento en sí, es crucial entender la importancia de colocar los electrodos de los miembros en un ECG de manera simétrica. La simetría es una práctica básica y fundamental que todo profesional sanitario debe conocer, ya que puede influir directamente en la precisión del diagnóstico.

¿Cómo se ubicaban tradicionalmente los electrodos en un ECG?

Históricamente, la colocación de electrodos en un ECG seguía un patrón bastante estándarizado. Los expertos sugerían que los electrodos debían ir en las muñecas y los tobillos. Esto era lo aceptado en la mayoría de los protocolos clínicos y lo enseñado en escuelas de medicina y enfermería.

Sin embargo, las recomendaciones de la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) propusieron un enfoque ligeramente diferente. Según la AHA, los electrodos pueden colocarse en cualquier parte distal a los hombros y las caderas. Aunque esta es una guía general, hay casos particulares que requieren adaptaciones.

¿Cómo debemos colocar los electrodos en caso de amputaciones?

En el caso de pacientes con un miembro amputado, la colocación del electrodo correspondiente debe hacerse en la región del torso más cercana a la extremidad perdida. Esto podría ser en los hombros o en la región abdominal inferior. Sin embargo, independientemente de la ubicación específica, es fundamental mantener la simetría en la colocación de los electrodos.

Generalmente, elegiremos el Rojo y Amarillo en la fosa clavicular y el Verde y Negro encima de la espina iliaca.

¿Y qué hacer si el paciente tiene alteraciones del movimiento en los miembros?

Cuando nos encontramos con pacientes con alteraciones del movimiento en los miembros, la ubicación de los electrodos puede necesitar adaptarse. En estos casos, lo más aconsejable es colocar los electrodos en la parte superior de las extremidades. De esta manera, se puede minimizar la posibilidad de obtener artefactos de movimiento en el ECG, que podrían interferir con la interpretación precisa de los resultados.

¿Existen otras técnicas de colocación de electrodos en el ECG?

A lo largo del tiempo, diferentes profesionales y expertos han propuesto diversas técnicas para la colocación de electrodos en un ECG. Una técnica particularmente interesante es la propuesta por Mason y Likar. Ellos sugirieron la colocación de los electrodos de los miembros en la zona del torso. Esto tiene como objetivo disminuir los artefactos por movimiento y mejorar la comodidad del paciente. Según su técnica, los electrodos deben ubicarse de la siguiente manera:

  • El electrodo rojo y amarillo debe ir en la fosa clavicular derecha e izquierda, respectivamente.
  • El electrodo verde debe colocarse en la línea anterior axilar izquierda, específicamente entre la última costilla del paciente y la cresta ilíaca.
  • Finalmente, el electrodo negro debe ubicarse encima de la cresta ilíaca derecha.

Es importante tener en cuenta que aunque este enfoque puede generar pequeños cambios en el ECG, como un aumento del voltaje de las ondas R en las derivaciones inferiores, puede ser una alternativa efectiva y cómoda en situaciones específicas.

¿Qué tienes que saber para la práctica?

  • Simetría es clave: Los electrodos de los miembros deben colocarse de manera simétrica.
  • Flexibilidad en la ubicación: Las derivaciones pueden situarse en cualquier lugar distal a hombros y caderas.
  • Adaptación para amputaciones: En caso de amputaciones, los electrodos se colocarán en la región del torso más cercana al miembro amputado.
  • Minimizar artefactos de movimiento: Para pacientes con alteraciones del movimiento, los electrodos se situarán en la parte superior de las extremidades.
  • Técnica de Mason y Likar: Los electrodos pueden colocarse en el torso para reducir artefactos de movimiento y mejorar la comodidad del paciente.
  • Cambios en el ECG: Esta última técnica puede generar pequeños cambios en el ECG, como un aumento del voltaje de las ondas R en las derivaciones inferiores.

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