¿Cómo funciona la terapia de presión negativa en la curación de heridas crónicas?

En el ámbito de la medicina, la terapia de presión negativa ha surgido como una innovadora estrategia para tratar heridas crónicas. Pero, ¿cómo se compara esta técnica avanzada con los métodos de curación tradicionales? Acompáñame en este viaje para entender por qué esta terapia es tan efectiva y cómo puedes aplicarla en tu práctica diaria.

¿Cómo se realizaban las curas tradicionales de heridas?

Tradicionalmente, el tratamiento de heridas crónicas se realizaba mediante cura seca y cura húmeda. En la cura seca, se cubría la herida con apósitos o gasas sin interacción directa y con una cura diaria. Por otro lado, la cura húmeda implicaba el uso de apósitos con suero fisiológico para crear un ambiente húmedo que favorece la cicatrización de la herida.

¿Qué desafíos presentan las curas tradicionales?

Aunque estos métodos han sido útiles, presentan desafíos en el tratamiento de heridas complejas. Por un lado, la cura seca puede provocar sequedad en la herida, dificultando su cicatrización. Por otro, la cura húmeda, a pesar de mantener la herida hidratada, puede no ser suficiente para heridas con un exudado abundante o heridas infectadas.

¿Cómo ha evolucionado el tratamiento de las heridas con la terapia de presión negativa?

Con el tiempo, las técnicas avanzadas en curación han exigido nuevas opciones y rumbos terapéuticos. Aquí es donde entra la terapia de presión negativa. Esta terapia se ha instaurado como un instrumento útil en el manejo y tratamiento de las heridas graves y complicadas mediante el uso de presiones subatmosféricas.

¿En qué tipo de heridas se puede aplicar la terapia de presión negativa?

La terapia de presión negativa puede aplicarse en heridas agudas, subagudas y crónicas. Podemos hablar de lesiones tan diferentes como las relacionadas con la dependencia, una amputación o una herida quirúrgica abdominal de difícil cicatrización.

¿Cuáles son las ventajas de la terapia de presión negativa frente a las curas tradicionales?

La terapia de presión negativa presenta tres ventajas claras frente a las curas tradicionales:

  1. Disminuye el tamaño de las heridas y las protege de la infección.
  2. Es una terapia cómoda para el paciente, dado que reduce el dolor y mejora su calidad de vida.
  3. Optimiza la gestión de los tiempos de cuidados directos y supone un ahorro para la administración.

¿Cómo actúa la terapia de presión negativa a nivel fisiológico?

A nivel fisiológico, la terapia de presión negativa favorece 4 mecanismos de acción primarios que contribuyen a la curación de la herida:

  1. Contracción de la herida (Macrodeformación): La terapia de presión negativa ayuda a recuperar la tensión natural perdida en una herida, lo que a su vez facilita el cierre más rápido de la misma.

  2. Estabilización del ambiente de la herida: La terapia de presión negativa reduce el riesgo de infección al proporcionar una estabilidad controlada sobre el lecho de la herida.

  3. Disminución del edema y exudado: La terapia de presión negativa alivia el edema localizado, restaurando el flujo vascular y linfático.

  4. Microdeformación y Angiogénesis: La aplicación de tensión mecánica estimula la mitosis celular, promoviendo la formación de nuevos vasos sanguíneos.

¿Por qué funciona mejor la terapia de presión negativa y no la cura tradicional en algunas heridas cronificadas?

La terapia de presión negativa funciona mejor en heridas cronificadas porque optimiza el proceso de cicatrización. Al disminuir el edema, aumenta la perfusión tisular en la herida, lo que favorece la formación de nuevos vasos sanguíneos y un aumento en la proliferación celular. Además, la terapia de presión negativa favorece la limpieza de la herida y la reducción del tejido no viable, protege la herida de la contaminación externa y controla la carga bacteriana.

¿Qué tienes que saber para la práctica?

  1. La terapia de presión negativa es una opción efectiva para el tratamiento de heridas crónicas, ofreciendo una serie de ventajas en comparación con las técnicas tradicionales de curación.
  2. Esta terapia contribuye a la reducción del tamaño de las heridas, a la disminución del dolor del paciente, y a la optimización de los tiempos de cuidado.
  3. A nivel fisiológico, la terapia de presión negativa favorece la contracción de la herida, la estabilización del ambiente de la herida, la disminución del edema y exudado, y la formación de nuevos vasos sanguíneos.
  4. Para las heridas cronificadas, la terapia de presión negativa funciona mejor que la cura tradicional, optimizando el proceso de cicatrización y favoreciendo la formación de nuevos vasos sanguíneos.

La verdad que todos flipamos bastante con lo que pasó.

El marido, el médico, mis compañeras y yo.

Creo que si hubiera habido alguien más allí también fliparía.


Milagros era una señora, digo era porque ya nos dejó, con diabetes mal controlada.

Tenía una herida en la pierna de 3 años de evolución.

Has leído bien 3 años.


Vivía en la residencia donde trabajaba con su marido.

La herida iba y venía, lo típico de que parece que va a cerrar, se vuelve abrir pero nunca llega a cerrar del todo.


Tras una revisión con el endocrino que tuvo la empezó a llevar el servicio de domiciliaria por la úlcera.

Cuando regresó vino con terapia de presión negativa para tratar la lesión.


¿Sabes cuánto tardó en cerrar?


Vino, tal que un miércoles y al miércoles siguiente vinieron de domiciliaria para cambiar la cura.

Destaparon y estaba cerrada.

En 7 días.


Increíble.


Ahí me enamoré de la terapia de presión negativa y por eso tenía claro que quería darla a conocer.

Si quieres aprender a manejar la TPN como pez en el agua.

Cerrar heridas que parecían imposibles de cerrar, teniendo en cuenta que no sirve para todas, de eso también sabrás mucho.

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Bibliografía